viernes, 8 de junio de 2012



VIAJE AL CENTRO DE LA NADA
¡Ding dong! ¿Nos vamos?
Llegó Mo con la promesa de llevarme a un viaje corto pero intenso…
-Te va a encantar- me dice, un viaje al pasado, sé que no te dejará indiferente.
Sólo cambiar de aires, descargar y salir de la rutina, tarde de sol luminoso. Mo me lleva callejeando, cambiamos de tema de forma atropellada, como siempre, mucho que contar, lo que no pasa se sueña, nos comemos el momento con ansia para luego tener una lenta digestión.
Llegamos a una placita, hay una iglesia que ciertamente le da sabor a pasado, -¿hemos llegado Mo?-.
-No, pero está cerca- me contesta.
Un minuto más tarde nos encontramos pasando el umbral de lo que al principio me pareció un rincón andaluz, un poco destartalado. Pero entonces se produjo la magia, un rincón dentro de otro rincón. Como en un almacén de atrezo, o como el desván de la abuela que quiere verse ordenado.

Quizá fue un viaje al centro de la nada, porque yo formaba parte de lo que vi y soy presente, Mo es mi pasado y forma parte de mi presente.
Y todo volvió a la normalidad en la terracita, delante de nuestra caña fresquita y unos ojos azules que dieron color al momento.

Rita Rodríguez
Mónica Burgoa

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