viernes, 8 de junio de 2012

"Desnudo número 10 en sí menor"

Desposeída de cualquier estorbo vano, apenas con un resquicio del amor de la otra noche cubriendo parte de su espalda, allí estaba.

Su sombra de silencio, proyectaba ecos de otras horas, de amor quizá.

Penélope a la espera, constante, ante el azabache de su sombra.

G. Gonçalves.





Soñadora arrepentida
Soñando, soñando con el moño puesto preparada para el balile, pero con tantas cosas en la cabeza que me quedo dormida.

Compuesta y sin novio, que se aburre de tantas cosas que pienso y no arranco.

Me pondré a dieta,cortaré yo misma el vestido, lo miraré todo con lupa, bajo el foco un robot, todo controlado, yo con el moño puesto y puesto me lo quedo, pero feliz pensando.



Alicia









UNO DE ESOS DÍAS DE FUGA

Pues sí, me senté, y mirando las mareas me enamoré del infinito, me encanta perder el tiempo, las mareas siempre traen resaca, las olas vuelven, sólo haya que saltar.

Xuso Rodriguez-Chás Seoane



A los 80 años, mi abuela decidió irse a vivir a una residencia. Cansada del insoportable vacío de un hogar sin la presencia de mi abuelo, hizo las maletas, reunió a sus hijos y se despidió. Así, sin más. La abuela Nuria siempre fue muy resuelta, y había decidido regresar a España, donde nació y de donde emigró por amor rumbo a un Berlín lacerado por un muro de ignominia.

Yo la miraba risueña, divertida ante los aspavientos de mis tíos y la tensión que creaba su poder en aquella vieja casa. "Esto es para tí", me dijo, ofreciéndome una caja de latón amarilla y descascarillada.
"Toma lo que quieras, y el resto lo tiras".
Tomé aquel tesoro con sumo interés. En su interior había varios sobres amarillentos repletos de fotos familiares. Ante mis ojos desfilaba mi propia vida en imágenes: mi primera bicicleta, mi examen en el conservatorio, mis primeros bocetos, la graduación en Bellas Artes... todo estaba allí preciosamente guardado. Pero lo mejor estaba por aparecer. De uno de los sobres asomó tímidamente una pequeña acuarela. Una mujer joven, de pelo largo y rubio posaba desnuda de cintura para arriba. Sin pudor, con naturalidad, como si llevase toda la vida mostrando sus pechos. El sombrero azul delataba unas vacaciones en Mallorca. El autor de aquella obra había sido mi abuelo, en esos días de juventud insultante en los que la vida se antojaba sencilla.
Me reconocí en sus ojos, en su pelo, en la balbuceante técnica del artista y me estremecí al pensar que un cuadro similar colgaba, con mi firma, de la mejor galería de Nueva York.

Carmen V.F.




Rana Rana
Rancaste Ranacuajo en el Ranal
pero una Rancajada te dio Rancor
y ahora eres Rancia Rancia
¡Ah! ¡no! que eres salamandra.
¿O eres lagartija?
            Uzturroz


Romance del Santo

¡Qué viene el Santo!
Cargando a su espalda la luna.
Los niños muertos de espanto
se apresuran a la cuna.

El niño en su habitación
temblando de puro miedo.
El Santo sale del rincón
y de la mano lo lleva al cielo.

¡Qué viene el Santo!
surgido de la bruma,
en compañía de su gato
con la piel de luz de luna.

El niño está soñando
con lunas de colores
por siempre y va extrañando
los jóvenes amores.

¡Qué viene el Santo!
Y su triste figura
en compañía de su gato
luz de luna pura.

En esa mañana calma,
calma que se está calmando
tendido el cuerpo sin alma
entona el gallo su canto.

¡Qué viene el Santo!
enviado por la parca
En compañía de su gato
con disfraz de luna blanca.

Y los llantos se suceden
en un abismo de pena negra.
Sólo es una casa vieja
y perdida en la miseria.

                Carlos González
Porción del diario del comandante:
Día 249:
Me encuentro dentro del módulo de exploración subterránea A-227.
Llevamos vagando por el subsuelo de Júpiter ya ocho meses, seis días y trece horas. Tanto la tripulación como yo perdimos hace mucho la esperanza de volver a casa algún día. Hemos tenido muchas pérdidas, algunos por la falta de víveres, otros no han podido soportar la presión de las circunstancias y han decidido suicidarse.
Día 250:
La tripulación se ha reducido a 14 personas. A este paso moriremos todos. Por suerte entre los que están entre nosotros hay cuatro médicos y cinco científicos.
Día 251:
Hemos avistado una masa que expulsa mucha energía. Hemos decidido que los científicos y yo iremos mañana a investigarlo
Día 251:
¡Hemos encontrado fintonita! Es un material recientemente descubierto que es capaz de producir energía limpia y ecológica que se puede usar para muchas utilidades. Ahora podemos salir a la atmósfera de Júpiter y buscar alguna nave que pase por allí para que nos lleve a la tierra poniéndola en el reactor principal. A no ser que alguien la use antes…
Día 252:
Uno de nuestros tripulantes ha utilizado la fintonita para cargar su móvil y jugar a los marcianitos, estamos pensando a qué castigo le someteremos.
Día 253:
¡Hemos encontrado una solución que nos beneficia a todos!(Excepto al del móvil) Hace que funcione el reactor y le ponemos un castigo. Hemos hecho que se trague el móvil y le hemos puesto en el reactor. La fintonita funciona, lástima que el muriera por sobrecalentamiento (Se lo tenía bien merecido).

David Martínez.


Andres Cuenca, “el bandolero” miraba fijamente, con los ojos levemente llorosos, la salida a hombros de los tres matadores. Triunfadores los tres en la corrida estrella de San Pedro Regalado, mientras robaba caladas a la tenue colilla, recogida en su último hálito de vida del suelo.
No se movió de la esquina de la plaza con el Paseo de Zorrilla, cuando pasaban las furgonetas que llevaban a los risueños matadores y feliz cuadrilla al hotel a las puertas del Campo Grande, en aquella esquina “veía” todas las corridas, su oído entrenado para distinguir las ovaciones y los silencios, los éxitos y los fracasos.
La última furgoneta, que “el bandolero” distinguió como la de Sergio Martín, el ídolo local, afincado en lo más alto del escalafón por tercera temporada consecutiva, paró a su lado, acogotada por los aficionados que solicitaban una foto firmada de su héroe, que la cuadrilla repartía, con alegría apenas contenida, ebrios de triunfo.
Sergio Martín, mientras, descansaba en el asiento trasero, alejado del bullicio de su cuadrilla, mirando sin ver a la gente que se arremolinaba a su alrededor, sabiendo que nadie le veía a través de las lunas tintadas. Sin embargo, hubiera jurado que aquel hombre le miraba fijamente, aquel hombre con ojos levemente llorosos, robando caladas a la tenue colilla, con aquellas enormes, feroces patillas que le daban cierto parecido con los bandoleros de Curro Jiménez.Se incorporó rápidamente y se acercó hasta la luna tintada hasta rozarla con la nariz, intentando ver mejor a aquel hombre, cuando un escalofrío le hizo volverse rápidamente atrás, a la seguridad de su refugio del asiento trasero.
A Sergio Martín, el ídolo local, afincado en lo más alto del escalafón por tercera temporada consecutiva, adorado por la afición, le entró un escalofrío cuando aquellos ojos levemente llorosos, le enviaron una muda reprimenda, un recordatorio de que se debía a su afición,´que probablemente gastó lo que no debía para verle, debido a la crisis, que era a él y no a sus banderilleros a quien la multitud quería ver, tocar, escuchar y, rápidamente, avanzó un paso, recogió una de sus fotos firmadas y se dirigió a la esquina para dárselo a aquel hombre,.
A Andrés Cuenca, “el bandolero”, le paró la furgoneta a un metro escaso de donde estaba, y, durante un segundo, le pareció ver en la tintada luna un rostro joven, risueño, cansado, orgulloso.
Cerró fuertemente los ojos, levemente llorosos, por efecto de aquel humo del demonio (¿qué sería aquello?) y cuando los volvió a abrir, vió en la luna tintada un rostro viejo, arrugado, casi enterrado entre unas enormes, feroces patillas, por las que le pusieron el mote entre los del gremio, que una vez soñaron con verle en la cumbre. Triste, tiró la colilla que, sin filtro, apuró hasta casi quemarse (mierda de tabaco, hasta mareado estoy), y se perdió entre la multitud camino a la pensión, a suplicar a Dora, su casera, una noche más en cama caliente.

Leandro Martínez Arribas
(1ª)

... Y me quedé
mirando al mar
por ver si volvía.

A veces
vi pasar barcos
pero pasaron.

Ahora, a veces pienso
si fue
o soñé que se iba

(2ª)

Te fuiste
un mediodía claro
y me quedé
en el muelle
sin taberna en la que llenar
el vacío de tu ausencia.
Me senté a esperar tu vuelta
que nunca llegaba.
Me trajeron una silla
y me tuvieron que llevar a mí  .
Pero la silla
te sigue esperando ¿eh?

                León (no el rey, sin el zorro)                     -qué pedrá

NIÑA BOBA
¿Ánade...!, en procelosos lares navegas..., ¿cómo te atreves? indefensa..., te miro, no quiero verte, no te adentres..., ¡te la juegas...! te oigo, te huelo, te siento...! lo siento, ya es tarde..., tengo hambre, te absorbo... tú desapareces...y ...yo crezco... (Crisis)

Xuso Rodriguez-Chás Seoane


Silla para no sentar cabeza
Hay corbatas avergonzadas de su espejo.
Del mismo modo, hay miradas hacia atrás que ven sillas al sur (que es el futuro)
La conciencia es el norte, y hay sillas que son brújulas.
No se puede sentar cabeza en sillas preparadas para marcharse, con restos de ojos, de anteojos que no ven de lejos y de hoces para rasgar las vestiduras que la propia silla recibió tras el naufragio.

Sillas para náugragos de un velero con bandera pirata, que servirán de leña para marineros con el alma calada hasta los huesos de santo.

En el juego de las sillas, siempre hay una de menos.

El Colmao no defrauda, siempre intenso, con aroma a toa la vida.
Uno se anima en cuanto entra en su cueva de encantos y uno se anima cuando entra a escuchar, beber, compartir y disfrutar con la gente que allí se le arrima.
Buen viaje y más de lo mismo por favor...!
Aaaaaaá que era relato sobre la expo.
Espero sepan disculpar mi ausencia.

Un cliente expo-radico.

Por cierto, esa lagartija, la ví en CADAQUÉS!

SAKARA


VIAJE AL CENTRO DE LA NADA
¡Ding dong! ¿Nos vamos?
Llegó Mo con la promesa de llevarme a un viaje corto pero intenso…
-Te va a encantar- me dice, un viaje al pasado, sé que no te dejará indiferente.
Sólo cambiar de aires, descargar y salir de la rutina, tarde de sol luminoso. Mo me lleva callejeando, cambiamos de tema de forma atropellada, como siempre, mucho que contar, lo que no pasa se sueña, nos comemos el momento con ansia para luego tener una lenta digestión.
Llegamos a una placita, hay una iglesia que ciertamente le da sabor a pasado, -¿hemos llegado Mo?-.
-No, pero está cerca- me contesta.
Un minuto más tarde nos encontramos pasando el umbral de lo que al principio me pareció un rincón andaluz, un poco destartalado. Pero entonces se produjo la magia, un rincón dentro de otro rincón. Como en un almacén de atrezo, o como el desván de la abuela que quiere verse ordenado.

Quizá fue un viaje al centro de la nada, porque yo formaba parte de lo que vi y soy presente, Mo es mi pasado y forma parte de mi presente.
Y todo volvió a la normalidad en la terracita, delante de nuestra caña fresquita y unos ojos azules que dieron color al momento.

Rita Rodríguez
Mónica Burgoa






UNO DE ESOS DÍAS DE FUGA

Voy a emular al abuelo que luchó por un ideal ante un mar de obstáculos.
Reniego del acomodado que sentado en la silla mira pasar las olas frente a sí.

Seré, quizá, el único honesto que prefiere naufragar por principios en un barco de papel, antes que perder mi dignidad como algunos poniéndome en evidencia, por exigir derechos que no tienen y que desean ver aprobados a toda prisa para beneficio propio.

No me indigno, me estremezco, tal vez por la brisa de un mar de información sobrecargado.
Soy un hombre de mi tiempo, pero quizá ahora sea tiempo de ser un Hombre de verdad.

Atisbos de humanidad sumergidos bajo una marea infinita de borreguismo y comodidad.
Temblores siento en mis manos encalladas de sumergirse tratando de rescatar a algún sensato, antes de que muera ahogado arrastrado por la masa "no pensante".

Reina ahora la paz ante vosotros, pese a que miréis la silla desde la que, hace un rato, mi alma puso rumbo a otro lugar, al saltar, cansado quizá, de esperar un cambio que ni se produce ni soy capaz de generar con mi aliento agotado de intentarlo.

Una dosis, si te niegas a inyectarte un antídoto, sabes que tu mente morirá.
Una simple dosis de "sentido común" y, la tormenta de corrientes, que subyace al mar en calma, dará paso a una bajada de marea que revele una playa nueva, donde ver varado (cual monumento) el frágil barco de papel que representa nuestros principios de humanidad.

Ya me diréis cómo era ese día pues ahora formo parte del mar.
Hoy lloveré sobre las ciudades.
Ahora ya no estoy, y no podré explicaros el porqué de todo esto.
Suerte a quien desee ocupar mi silla frente al mar.

Larry Dance


"Desnudo número 10 en sí menor"

Me acuerdo..., sí, me acuerdo, que una vez..., bueno, hace ya algún tiempo, vi con cierta nitidez la espalda desnuda de una mujer, ese acontecimiento, en mi tierna mente, desató una libido que hasta entonces, yo desconocía...

Xuso Rodriguez-Chás Seoane


Me siento en mi terraza favorita y ladeo mi cabeza ligeramente , entornando los ojos hasta que el sol se convierte en un brillo intenso de lineas doradas, borrosas .
Recuerdo nitidamente el día que te vi por primera vez .
Dejaste el sombrero sobre la mesa con ternura y comenzaste un ritual lento, apacible; conocías el arte de fumar en pipa, recuerdo aún ese olor intenso de las bocanadas de humo denso, disipándose en el aire ; un ligero aroma a té de bergamota invadió la terraza, cuánta paz irradiabas; siempre leyendo entre las brumas del humo gris.
Nada me hizo presagiar la intensidad de la pasión que se ocultaba tras aquel halo de aparente serenidad, tras aquel primer saludo intranscendente.
Miles de veladas nocturnas vienen a mi mente caldeando el ambiente , ya de por si tórrido en la tarde veraniega , Vivir con mayúsculas …..
Pido una cerveza amarga y helada, como el sabor de mis recuerdos, húmeda como mi ánimo, llena de espuma como el viento que precede a las olas .
Abro de nuevo mis ojos al sol , observo a mi alrededor; un niño sueña en su cochecito bajo la atenta mirada de su madre, algún funcionario ojea el periódico con un café humeante entre las manos, varios adolescentes gritan y ríen por cualquier cosa, cerca de mí, ondea un cabello a pesar del poco viento, que llama poderosamente mi atención. Siento unos ojos que se clavan en mi nuca y una especie de calambre eléctrico salta entre mi silla y la contigüa.
Mi vida gira de nuevo y sonrío a un nuevo desconocido ¿será un presagio o el efecto de mi terraza favorita?

Fuensanta López


NIÑA BOBA
¿Por qué me mira así?.
Ignoro su mirada y me concentro: no cruzar piernas, ni brazos, postura erguida pero relajada... Pienso qué le pasa a este hombre, por qué no comienza la entrevista, con la crisis no es fácil conseguir una, y menos un puesto de trabajo, y este hombre sigue en Babia…
No parpadea, no se mueve, luego nos dicen que en unos minutos tenemos que darlo todo y él parece muerto. Realmente lo parece. Me levanto, le toco, la frente fría, no encuentro el pulso en su grueso cuello.
Salgo corriendo, y al pasar por el mostrador de la secretaria la grito: ¡señorita, bastante difícil es esto para que me toque un muerto!. ¿Eh?, como única respuesta.

No he podido quedarme a ver qué pasaba, he sido una niña boba, la risa y el color los pondré más adelante.

Rita Rodríguez
Mónica Burgoa


lagartija

Se desnuda el día, los primeros rayos cubren lentamente un campo muerto de sed y de vida. A medida que la brisa de la mañana gana posiciones se aprecia un movimiento a lo lejos, a ras del terreno áspero y duro …
Algo con forma de huevo con sus movimientos torpes e impredecibles, hace sospechar que hay vida dentro de él. Al poco, con un ansia tremenda, queriendo descubrir qué hay fuera, se aprecian unas garras asomando el blanco cascarón, instantes después el cascarón rompe... Una preciosa lagartija con un semblante de nobleza, comienza a desfilar, como si estuviera esperando las aclamaciones de sus súbditos. Lástima ... los únicos asistentes a la ceremonia eran unas trabajadoras y madrugadoras hormigas que se disponían a comenzar su tarea, que sorprendidas cuchicheaban y reían entre ellas, viendo la escena, eso sí, mientras realizaban sus trabajos de la jornada.
La Lagartija desorientada no entendía nada, y aturdida por su extraña acogida, comenzó su andadura caminando sin rumbo y sin saber por qué.
Pasó un tiempo, años, quizás, y siempre recordaban las hormigas los aires de grandeza, de aquella pequeña lagartija … pero fue un día cualquiera cuando de repente parecía que el día se oscurecía, que había comenzado quizá la batalla final de los vientos del Norte contra los vientos del Sur, el aire podía con todo, un tremendo rugido mandaba callar al silencio … de la nada , y suspendida en el aire, qué grandioso … es la figura de un Dragón hermoso, nunca habían visto nada igual, pero rápidamente las hormigas reconocieron aquella belleza suspendida con sus alas, era La Lagartija convertida en un adulto Dragón. Una vez que encontró a sus amigas las hormigas, agachó su enorme cabeza y con una grave pero inolvidable voz les dijo … LOS DIOSES ME HICIERON PEQUEÑA PORQUE ME RESERVABAN ALGO GRANDE, ÉSTE ES MI REINO Y YO VUESTRA REINA.

Pedro del Barrio

RELATO EN AZUL

Estaba por esperarte, por mirar atardeceres hasta que la luna fuese azul en la mañana. Estaba por aguardar tu vuelta, pero las cosas se pusieron mal, querido. Lo que te prometí, lo que nos prometimos, es ahora papel devaluado. Me voy a nadar, que me ahoga esta quietud de promesa rancia.


Vidal G.

La Verdad, hizo un gesto sencillo y evidente, señalando el camino portando una pequeña luz que nos iluminara...sin embargo nadie dejó su pequeño hábito de refugio.... el abuelo, engullido en su cojín de ensueños marineros siguió en ellos sin conseguirlo. El pequeño, venía de la nada con "aquello" en lo que apoyarse, yo mismo en mi afán por la verdad construida con brújulas seguí a sus espaldas. Hasta el gato dueño de instintos clarividentes no movió ni el rabo.

Silvia Puentes

El Colmao de las maravillas
(Siéntate a leerme y ébreme)

- Sr. conejo, ¿dónde va?
- A un lugar donde se paró el tiempo
- Y está lejos?
- No me entretengas, llego tarde

- Dr. gato, voy bien al Colmao
- Te equivocas, no soy gato, soy Humano
- ¿Está seguro?
- Lllevan toda mi vida llamándome así.
- Creo que la reina de copas no está de buen humor.
- No fumes o te corto la cabeza.