viernes, 8 de junio de 2012



Silla para no sentar cabeza
Hay corbatas avergonzadas de su espejo.
Del mismo modo, hay miradas hacia atrás que ven sillas al sur (que es el futuro)
La conciencia es el norte, y hay sillas que son brújulas.
No se puede sentar cabeza en sillas preparadas para marcharse, con restos de ojos, de anteojos que no ven de lejos y de hoces para rasgar las vestiduras que la propia silla recibió tras el naufragio.

Sillas para náugragos de un velero con bandera pirata, que servirán de leña para marineros con el alma calada hasta los huesos de santo.

En el juego de las sillas, siempre hay una de menos.

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