viernes, 11 de mayo de 2012


LA PIANISTA QUE NO LO FUE


Tocó el piano hasta los 20 años. Y un día, sencillamente, no volvió a hacerlo. Perdió la confianza en sí misma, perdió el camino, o siguió la senda equivocada, o se convenció de que no era lo suficientemente buena. Y dejó de disfrutar. Buscó la felicidad donde dificilmente podría encontrarla, en lugares tóxicos, en personas vacías, en el camino convencional.

Hasta que alguien le mostró un apps que simulaba un teclado. Y volvió a disfrutar. Y desempolvó el viejo piano de casa de sus padres. Y lo trasladó a su propia casa. Y volvió a tocar. Y descubrió quién era. Quién había sido siempre. Una pianista de alma melancólica, de futuro incierto, y de presente hecho de música.

Carmen Devesa Fernández.

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