Otra poesía de nivel enviada por Rodrigo.
Puedes escribir en el cuaderno de la exposición o mandar tu texto a grabado@felixrebollo.es indicando la referencia al grabado e identificándote con tu nombre y una dirección de correo.
Puedes escribir en el cuaderno de la exposición o mandar tu texto a grabado@felixrebollo.es indicando la referencia al grabado e identificándote con tu nombre y una dirección de correo.
Este es el comienzo,
solo
el comienzo,
del
camino de la luz:
una
torre
origen
del destello impune
que permite
profanar la noche.
En el
ocaso de estos cables eléctricos
donde
los pájaros se balancean
como
trapecistas emplumados,
allí
donde el cobre se convierte
en bombilla
afortunada que acaricia tu cuerpo,
allí,
todas las noches,
se
produce el milagro del amanecer:
te
desnudas,
dejas
tu ropa sembrada en el parqué,
derramas
todo tu volumen de mujer joven,
como lluvia
deseada, sobre unas sábanas blancas,
cierras
los ojos
e
iluminas con tu silencio y el vaivén de tu pecho
los
rostros de aquellos que hoy te lanzaron miradas
aventurándose
en la incertidumbre de tu nombre.
Hasta
tu cuarto iluminado llegan estelas de deseo
y hasta
sus sueños sucios,
fracciones
calcinadas de tu instante.
En la
noche
hay
ventanas encendidas
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